Fui a verte y no estabas,
¿Dónde está esa dulce sonrisa?
Fui a llevarte un poema y no estabas,
¿Dónde se esconde tu cansada mirada?
Fui a darte un abrazo y no estabas.
¿Dónde está tu arduo corazón?
Fui a contarte y explicarte cosas y no estabas
¿Dónde está aquél hombre que conocí?
Fui a darte mi amor, a entregarte mis bonitas palabras,
Pero allí solo encontré, una habitación vacía,
Tan vacía como me sentía en mi interior,
Entonces comprendí que me había equivocado,
Salí a la calle, y solo encontré el vuelo de una hoja,
Una hoja que bailaba con el viento, esquivando la lluvia,
Con ese baile, mencionaba tu nombre, miré al cielo
Y entonces comprendí que no eran las gotas de lluvia,
Las cuales mojaban mi cara, sino mi triste corazón,
Que se rompía en mil pedazos… como cuando se rompe un vaso
Pero en ese momento no había cristales, si no miles de gotas
Gotas de lluvia y algunas lágrimas camufladas entre éstas.
Un triste poema, de la mujer más imperfecta del mundo, para una persona muy especial.
Te quiero, te amo, te aprecio y lo siento.